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Cirugía de las arterias periféricas:

La enfermedad de las arterias periféricas es aquella que afecta a las arterias distales a la aorta. Entre las más comunes están las de los miembros inferiores y superiores. La afectación de los vasos carotídeos son tratados independientemente en otro apartado.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes de las arterias periféricas?

La oclusión de un vaso periférico origina dolor muscular en la zona irrigada por esa arteria o lo que denominamos Claudicación Intermitente. En los miembros inferiores es conocida por la “enfermedad de los escaparates” debido a la necesidad del paciente de pararse cada ciertos metros por el dolor en las piernas. La obstrucción frecuentemente es resultado de una acumulación crónica de material graso duro (aterosclerosis o endurecimiento de las arterias) en el revestimiento interno de la pared arterial de las piernas, debido a factores como la diabetes, la hipertensión arterial, el exceso de colesterol en sangre, el tabaco y a factores genéticos. Esto finalmente produce un estrechamiento y bloqueo del flujo sanguíneo que transporta oxígeno y nutrientes al miembro. Las arterias femoral y poplítea son el principal suministro de sangre arterial de las extremidades inferiores y son un lugar común donde se desarrolla la aterosclerosis.

El aneurisma de un vaso periférico puede originar rotura del mismo, con el correspondiente sangrado que puede poner en peligro la vida del paciente. Se origina debido a factores genéticos, aterosclerosis o hipertensión arterial mantenida.

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¿En qué consiste la intervención y cuándo está indicada?

En el caso de obstrucción o estenosis arterial, la operación está indicada cuando la enfermedad produzca una gran limitación para las actividades cotidianas, en caso de úlceras que no cicatrizan o cuando existe riesgo de pérdida de una extremidad. En los miembros inferiores la intervención está indicada cuando el paciente no pueda andar en llano y a su paso más de 150 metros aproximadamente. A veces la oclusión del vaso es aguda, debido a un trombo que bien se forma in situ o bien migra desde otro lugar del cuerpo (corazón, por ejemplo). En esos casos se requiere cirugía urgente en el menor tiempo posible.

  • La derivación vascular periférica o bypass consiste en conectar un injerto desde la zona proximal a la enfermedad del vaso hasta la zona distal. Con esto conseguimos “anular” la zona enferma y hacer que la sangre llegue al músculo a irrigar a través del injerto.En algunas ocasiones podemos hacer un injerto desde el lado contralateral (bypass fémoro-femoral o bypass carótido-carotídeo) o desde arterias lejanas (bypass áxilo-bifemoral).

  • En otras ocasiones bastará con una limpieza de la zona estenosada, quitando la placa de ateroma que origina la estenosis. Es lo que se denomina Endarterectomía.

  • En los casos de embolia aguda, puede requerirse una Embolectomía, que es la introducción de un catéter con un balón en la punta (Catéter de Fogarty) que limpie la arteria sacando el trombo. Solemos realizarla con anestesia local, disminuyendo al máximo el tiempo desde la llegada a urgencias hasta la intervención.

En el caso de los aneurismas periféricos, la intervención está indicada cuando el tamaño del aneurisma supere al doble del tamaño habitual de esa arteria.

¿Quién está en el quirófano durante la intervención?

Durante una intervención de derivación vascular periférica, un grupo altamente capacitado trabaja en equipo. La siguiente es una lista de las personas que están en el quirófano durante una intervención de derivación vascular periférica.

  • El cirujano cardiovascular, que dirige el equipo quirúrgico y realiza la intervención.

  • El/los cirujanos cardiovasculares ayudantes.

  • El anestesiólogo cardiovascular, que administra los medicamentos que duermen al paciente durante la intervención (anestesia). Se asegura de que el paciente reciba la cantidad adecuada de fármaco durante la cirugía y se encarga de controlar los monitores que controlan el estado del paciente durante la intervención.

  • Las enfermeras cardiovasculares, que han recibido formación específica para ayudar durante una intervención arterial.

Previo a la intervención

Excepto en casos urgentes, la intervención se llevará a cabo en una fecha adecuada para usted y con disponibilidad de quirófano por parte del cirujano. Deberá comunicar a éste su estado reciente de salud incluyendo si ha tenido algún resfriado, o fiebre. Acuérdese de llevar al Hospital los medicamentos que esté tomando o haya tomado en los últimos días. Probablemente ingrese el día antes o la misma mañana de la intervención.

Se bañará y se lavará la zona con un antiséptico. Se le afeitará la zona cercana al campo quirúrgico. Con ello evitamos futuras infecciones. Permanecerá en ayunas desde 6 horas antes a la intervención, con el fin de no sufrir complicaciones anestésicas. Por este mismo motivo es conveniente que en caso de fumar, no lo haga al menos dos semanas previas a la intervención.

Tras su ingreso se le realizará (en caso de no tenerlo ya hecho) un electrocardiograma, una analítica de sangre y una radiografía de tórax.

Como parte de su medicación preanestésica, es probable que se le dé un sedante  para estar más relajado antes de ir a quirófano. Ya en quirófano, se le cogerá una vía por donde administrar los fármacos anestésicos. Probablemente usted no recuerde esto después de la intervención.

Durante la intervención:

La anestesia dependerá de la zona a tratar. En el caso de los miembros inferiores, habitualmente es con anestesia espinal (similar a las embarazadas). Su anestesiólogo le comentará previamente las distintas opciones anestésicas.

Tras la anestesia, se preparará el campo quirúrgico.

El cirujano realizará un corte (incisión) en el sitio a tratar. En el caso de un bypass, colocará un tubo (derivación) en la arteria, por encima y por debajo de la obstrucción. La derivación permite que la sangre fluya por el injerto, irrigando a los músculos distales. El injerto puede ser una vena del propio paciente (habitualmente de la vena safena de la pierna o el muslo) o bien una prótesis de dacron o PoliTetraFluoroEtileno). En el caso de la Endarterectomía, limpiará la arteria retirando todo resto de placa de ateroma y calcio, cerrando la arteria directamente o mediante un parche de vena o artificial (dacron/PTFE/pericardio).

Postoperatorio:

Si la anestesia fue general, se despertará en quirófano. Tanto en ese caso como en el caso de la anestesia espinal, pasará a una zona de recuperación hasta que se encuentre en condiciones para pasar a planta, lo cual puede ocurrir en 1 a 3 horas. En ciertas ocasiones empleamos anestesia local con una sedación ligera, por lo que en esos casos pasaría directamente a planta.

En planta permanecerá el tiempo necesario para poder valerse por sí mismo. En el caso de derivaciones en miembros inferiores, deberá permanecer 24 horas sin caminar. Es posible que aparezcan hematomas en la zona intervenida, que se reabsorverán en el plazo de 1 semana. Si nota dolor, se le administrarán fármacos analgésicos.

La vida después de una intervención de vasos periféricos:

Trate de no realizar actividades físicamente exigentes durante aproximadamente una semana. Podría tomar tanto como dos semanas restablecerse por completo.

 

Tras una cirugía sobre vasos periféricos deberá limitar su consumo de grasa y colesterol. El médico podría recomendarle un programa de ejercicio físico. También podrían ser necesarios otros cambios en su estilo de vida, tales como dejar de fumar, limitar su consumo de bebidas alcohólicas, y controlar la presión arterial y los niveles de colesterol.

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