Resincronización Cardiaca
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La insuficiencia cardiaca es un síndrome generalmente provocado por una disminución en la capacidad de contracción de los ventrículos. Sin embargo, en algunos pacientes con insuficiencia cardiaca, los ventrículos no solo se contraen poco, sino que además lo hacen de manera desordenada (desincronizada). Es fácil imaginar que si además de contraerse poco, se contraen desincronizadamente, el rendimiento de la función cardíaca se empobrece aún más, empeorando la insuficiencia cardíaca.
La terapia de resincronización cardíaca persigue solucionar los problemas de desincronización intra- e interventricular mediante marcapasos que estimulan ambos ventrículos, el derecho y el izquierdo, (marcapasos biventriculares) para que ambos se contraigan de manera simultánea, solucionando así el problema. El marcapasos biventricular consigue, de esta manera, mejorar los síntomas de insuficiencia cardíaca.
¿Qué es un resincronizador cardiaco?
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Un resincronizador cardiaco es un marcapasos que cuenta con un electrodo alojado en ventrículo derecho y otro en ventrículo izquierdo. De ésta manera, podemos programar que ambos electrodos reciban un impulso sincronizado, con lo que conseguimos un movimiento sincrónico de ambos ventrículos.
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Además, podemos implantar un electrodo en aurícula derecha para conseguir sincronizar el movimiento auricular con el ventricular. Es lo que se denomina un marcapasos tricameral.
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¿Para quién está indicada la Terapia de Resincronización Cardiaca?
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Los candidatos a recibir esta terapia son los pacientes que padecen insuficiencia cardíaca grave que además presentan signos de desincronía intraventricular. Estos signos se pueden sospechar simplemente mediante un simple electrocardiograma, ante la presencia de trastornos de la conducción intraventricular como el bloqueo de rama izquierda, y se confirman mediante ecografía cardíaca.
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¿En qué consiste la intervención?
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El procedimiento del implante de un resincronizador es muy similar al de un marcapasos convencional, con la salvedad de que hay que alojar un electrodo en una de las venas cardiacas que rodean al ventrículo izquierdo. Esto se consigue mediante guías y catéteres tras punción de una vena que discurre cercana a la región clavicular.